Metodologías ágiles: La guía completa
Debido a las necesidades cambiantes del mundo actual se hace indispensable que se utilicen nuevos modelos que ayuden a responder rápidamente ante dichos cambios, es por esta razón que se crearon las metodologías ágiles.
A diferencia de las metodologías tradicionales, las ágiles no deben seguir una rigurosa planificación hasta el final, sino que son flexibles, lo que contribuye a una mejor gestión y resultados.
En otras palabras, las metodologías ágiles están basadas en el desarrollo iterativo e incremental, y cuyo proyecto será realizado con la colaboración de un equipo de personas multifuncionales y autoorganizadas.
¿Quiere conocer a fondo de qué se tratan estas metodologías? Si es así, le invitamos a leer esta guía completa, aquí descubrirá:
- ¿Qué son las metodologías ágiles?
- ¿Cuál es la historia de esta metodología?
- Manifiesto ágil: origen, sus 12 principios y 4 valores
- ¿Cuáles son los beneficios de las metodologías ágiles?
- ¿Cuáles son los tipos de metodologías ágiles más utilizadas?
¡Iniciemos!
¿Qué son las metodologías ágiles?
Son aquellas que permiten que se adapte la forma de trabajo a las condiciones, circunstancias y contexto en el que se encuentra. Esto a través del enfoque flexible, la adaptación, la inmediatez de respuesta y el trabajo en equipo. Esto conlleva a ofrecer mejoras constantes y evitar que el proyecto se vea afectado negativamente de alguna manera.
En otras palabras, las metodologías ágiles no hacen referencia a indicaciones estrictas sobre qué hacer exactamente para conseguir el objetivo, sino que se tratan de pensar en equipo, con diversos flujos de trabajo, utilizando sus conjuntos de valores como guía para tomar las decisiones de lo que se hace y la manera de lograrlo.
¿Cuál es la historia de esta metodología?
Este enfoque se creó para abordar las limitaciones del método de cascada, el cual derivaba del sistema de cadena de montaje como método de fabricación que utilizó Henry Ford, y que luego fue utilizado para la fabricación de software.
Cuando los desarrolladores de software se dieron cuenta de que los ciclos de producción y los métodos del modelo cascada no daban los resultados esperados y conllevaban a un desperdicio de tiempo y recursos, iniciaron una investigación para encontrar otra alternativa.
Y es que esta necesidad fue impulsada en los comienzos de la década de los 90, ya que el problema se había generalizado y era común que transcurrieran varios años entre la aparición de una nueva necesidad empresarial justificada y la aplicación en funcionamiento.
Por lo cual, eran tantos cambios que podían sufrir las demandas empresariales y los mercados en ese intervalo de tiempo que se volvía usual que se cancelaran partes importantes de los proyectos antes de que se iniciara su distribución.
De esta problemática nació la metodología ágil, la cual, de acuerdo a un artículo de La Oficina de Proyectos de Informática, tiene la siguiente historia:
- Sus inicios se remontan a precursores como el Lean Manufacturing o Manufactura Esbelta de Toyota en 1940 y el Proceso de Desarrollo de Software Adaptativo en 1970.
- Luego, se fueron abriendo camino en los 90 con el surgimiento de las Metodologías de Desarrollo de Software de Peso Liviano. Entre estas destacan: Crystal (que surge en 1992), Scrum (formalizado en 1995), Feature Driven Development (creado en 1997), Extreme Desarrollo de Software Adaptativo (propuesto en 1998) y Programming (creado en 1999).
- Posteriormente, fue promulgado el Manifiesto Agile para el desarrollo de software, lanzado en el año 2001.
Desde entonces las metodologías ágiles han evolucionado con diversos exponentes, como el Lean Software Development (libro presentado en el 2003), Desarrollo Basado en Comportamiento (2006) y el Kanban aplicado al desarrollo de Software (2007).
Debido a que el concepto de "metodología ágil" es una idea ágil en sí misma, responde a las necesidades de quien la utiliza durante los tiempos de cambio.
Y, aunque esta filosofía y sus metodologías nacieron para aplicarse en el desarrollo de software, hoy en día se pueden encontrar y utilizar en un sinfín de sectores, industrias y negocios —incluso, trae grandes beneficios para quien las use.
Ahora bien, a pesar de que el origen de las metodologías ágiles tiene variaciones de acuerdo a cada fuente que se investigue, todo el mundo concuerda con que el Agile echó raíces realmente con la creación del Manifiesto Ágil, por lo que se hace indispensable que hablamos a profundidad de este tema.
Manifiesto ágil: la base de las metodologías ágiles
Este manifiesto es el fundamento de las metodologías ágiles, por lo que conocer sus inicios, principios y valores es indispensable.
¡Veamos de qué tratan a continuación!
Origen del manifiesto ágil
17 críticos de los modelos de producción basados en procesos fueron convocados por Kent Beck en Salt Lake City en marzo del 2001 para discutir sobre el desarrollo de software.
La reunión se programó debido a que este grupo comprendió que la industria necesitaba una forma de trabajar más rápido. Su objetivo era establecer nuevos métodos para realizar cambios en el proceso de desarrollo de los productos o servicios sin que esto repercutiera de forma significativa en el coste del proyecto o retrasara el cronograma de producción.
El término "Métodos Ágiles" se acuñó para definir a aquellas metodologías que estaban surgiendo como alternativa a los métodos tradicionales, las cuales eran consideradas muy rígidas y dependientes a planificaciones detalladas.
Los críticos determinaron que al dividir un proyecto en iteraciones más cortas, el producto se podría desarrollar y probar de manera rápida y sencilla, el cliente tendría la posibilidad de hacer revisiones y sería posible realizar cambios sin tener que esperar al producto final. Así, con esto como base, se crearon las metodologías ágiles.
Además, los integrantes de la reunión resumieron el "Manifiesto Ágil" en cuatro postulados, los cuales son los valores sobre los que se asientan estos métodos.
¡Veamos en qué consisten!
Los 4 valores del manifiesto ágil
Es importante recalcar que estos pilares no se centran en prácticas o metodologías de trabajo, sino que abogan al cambio de mentalidad y se dirigen hacia una nueva cultura organizativa basada en los cuatro pilares que mencionaremos a continuación.
1. Valora a los individuos y las interacciones sobre los procesos y las herramientas
Este es el valor primordial del manifiesto.
A pesar de que los procesos son una guía de operación y las herramientas mejoran la eficiencia, los proyectos requieren personas con talento.
La producción que está basada en procesos persigue el concepto de que la calidad del resultado sea consecuencia explícita del "know-how", más que el conocimiento aportado por el equipo que ejecuta las actividades.
Sin embargo, en el desarrollo ágil, los procesos son solo una ayuda y un soporte que guía el trabajo.
2. Valora el software en funcionamiento sobre la documentación extensiva
El manifiesto ágil solo da por inútil la documentación innecesaria. A pesar de que los documentos son soporte de hechos, registran información histórica y permiten la transferencia del conocimiento, su relevancia debe ser menor que el producto final.
Y es que la comunicación generada en los documentos no brinda tanto valor como la comunicación directa entre personas y la interacción con prototipos del producto. Por eso, siempre que sea posible, se debe preferir reducir al mínimo indispensable el uso de la documentación.
3. Valora la colaboración con el cliente sobre la negociación contractual
Debido a que las prácticas ágiles son las indicadas cuando se prevé que los requisitos serán inestables —por la velocidad de cambio en el entorno de negocio del cliente—, se vuelve más adecuada una relación de implicación y colaboración continua que una contractual de delimitación de responsabilidades.
Esto porque el objetivo de un proyecto ágil es proporcionar el mayor valor posible al producto, no controlar la ejecución conforme a procesos ni el cumplimiento estricto de pasos.
4. Valora la respuesta ante el cambio sobre el seguimiento de un plan
El cambio, y la evolución rápida y continua resultan mucho más valiosos —debido a la capacidad de respuesta— que el seguimiento y aseguramiento de planes.
Ahora bien, el manifiesto ágil, además de estos cuatro postulados en los que se fundamenta, establece 12 principios, los cuales mencionaremos a continuación.
Los 12 principios del manifiesto ágil
Esta metodología cuenta con 12 principios que se respetan al aplicarlas. De esta forma, al momento en el que una empresa decida incorporar las metodologías ágiles, podrá tener una guía para hacerlo eficientemente.
¡Descubramos cuáles son!
- La prioridad es lograr la satisfacción del cliente al garantizar la entrega temprana y continua del software de valor.
- Los requisitos cambiantes son bienvenidos, incluso si aparecen tarde en el desarrollo. De esta manera, los procesos Ágiles se transforman en ventajas competitivas.
- Las entregas de un software funcional se hacen frecuentemente, preferiblemente entre dos semanas y dos meses, el tiempo más corto posible.
- Los responsables del negocio y los desarrolladores trabajan en conjunto durante todo el tiempo del desarrollo del proyecto.
- Los proyectos son desarrollados en torno a individuos motivados, por lo que se les otorga el entorno y el apoyo que necesiten y se les confía la ejecución del trabajo. Esto incluye herramientas de transformación digital.
- El método más efectivo y eficiente para comunicar la información es la conversación cara a cara.
- La principal manera de determinar el progreso es el software funcionando.
- Los procesos Ágiles ayudan a promover el desarrollo sostenible. De esta manera, tanto los desarrolladores, los promotores y usuarios deben ser capaces de mantener de forma indefinida un ritmo constante.
- La continua atención a la excelencia técnica y al buen diseño enriquece la agilidad.
- Es esencial la simplicidad o el arte de maximizar la cantidad de trabajo no realizado.
- Los mejores diseños, arquitecturas y requisitos emergen de equipos autoorganizados.
- El equipo reflexiona sobre cómo ser más efectivo en intervalos regulares, esto le permite perfeccionar y ajustar su comportamiento en consecuencia.
Ya que estos principios son orientados al desarrollo de software, las compañías de otros rubros que deciden convertirse en organizaciones ágiles, pueden modificar estos principios o redactar su propio manifiesto.
Ahora que ya conoce los conceptos de las metodologías ágiles hablemos a continuación de los beneficios para las empresas al utilizarlas.
¿Cuáles son los beneficios de las metodologías ágiles?
Entre las ventajas que adquiere la gestión ágil de proyectos encontramos las siguientes:
Alcanza la satisfacción del cliente
Al ser tomado en cuenta, verse involucrado y comprometido a lo largo del proceso de desarrollo, el cliente está más satisfecho.
También, debido a las diversas demostraciones y entregas, este está al tanto del trabajo y las mejoras introducidas en el proceso.
Mejora la calidad del producto
Las metodologías ágiles fomentan a que los miembros del equipo sean proactivos en la búsqueda de la excelencia del producto.
Además, la integración, comprobación y el avance continuo permite que el resultado final mejore considerablemente.
Detecta errores rápidamente
Aunado a lo anterior, la detección temprana de errores y fallos —que es posible gracias a los plazos de tiempos cortos— ayuda a obtener productos de calidad.
Aumenta la motivación de los trabajadores
Los equipos de trabajo autogestionados permiten el desarrollo de sus capacidades creativas, el encontrar individualmente las soluciones de problemas y explorar la innovación.
Desarrolla el trabajo colaborativo
Las metodologías ágiles requieren de personas colaborativas y de la comunicación constante en el desarrollo de los proyectos.
Además, gracias a la división de equipos y las reuniones frecuentes es posible alcanzar una mejor organización en el trabajo.
Permite un mayor control y capacidad de predicción
La posibilidad de autogestionar, revisar y adaptar el producto a lo largo del proceso, permite que todos los miembros ejerzan un mayor control sobre su trabajo, lo que conlleva a la capacidad de predicción de errores y aciertos.
Utiliza métricas más relevantes
De acuerdo al principio siete del Manifiesto Ágil, la forma de evaluar el progreso es el funcionamiento del producto, por lo que las métricas para evaluar el tiempo de trabajo y rendimiento son más reales.
Además, gracias a la división de pequeños equipos y a las entregas frecuentes podemos tener mayor consciencia del progreso y de lo que está sucediendo.
Conlleva a la reducción de costos
La calidad de los entregables también ayuda en el ahorro de costos, ya que el uso de esta metodología elimina casi por completo la posibilidad del fracaso absoluto, esto porque los errores se van identificando a lo largo del desarrollo en lugar de esperar a verificarlos cuando el producto esté terminado.
Permite el ahorro de tiempo
Debido a que se trabaja dentro de un modelo con metas, tiempos y costes fijos, y previsiones ante factores externos, existe la posibilidad de reducir los tiempos.
Además, es posible completar los proyectos realizados con metodologías ágiles de forma rápida y eficiente.
Ahora bien, antes de terminar esta guía nos queda conocer cuáles los tipos de metodologías ágiles más utilizados en las empresas, los cuales veremos a continuación.
¿Cuáles son los tipos de metodologías ágiles más utilizados?
Existen diversas opciones, las cuales se guían por los principios establecidos por el Manifiesto Ágil, y estas son:
Scrum
Es indicado para abordar proyectos complejos que requieren una rapidez y una flexibilidad esencial a la hora de ejecutar los resultados, y se basa en procesos empíricos de control.
Su estrategia de uso está orientada a gestionar y normalizar los errores que se puedan producir, a través de reuniones frecuentes que permiten asegurar el cumplimiento de los objetivos establecidos.
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Además, se basa en una estructura de desarrollo incremental, esto consiste en que cualquier ciclo de desarrollo se desgrana en "pequeños proyectos" que se dividen en tres etapas:
- Análisis
- Desarrollo, son interacciones del proceso o "sprint", es decir, entregas continuas y parciales del producto.
- "Testing" o pruebas
En cuanto a los distintos elementos que conforman a Scrum están los tiempos asignados, el ciclo de la metodología, la definición del hecho, los distintos tipos de reuniones y los productos.
Además, como mencionamos, este tipo de metodología ágil trabaja con iteraciones —o "sprints"—, las cuales son sus pilares y se diferencian entre:
- Reuniones diarias
- Cada dos semanas o mensuales
- De revisión y de retrospectiva
- Reflectiva y de proposición de mejoras.
Por otro lado, las decisiones se toman en función de la propia experiencia de los miembros y de la información existente, y cuenta con dos tipos de enfoque:
- Iterativo: Se genera una nueva versión del producto en cada "sprint" lo que permite mejorar la versión anterior conforme avanza el proyecto.
- Incremental: Se van añadiendo nuevas características al producto en cada periodo de tiempo corto.
Los aspectos por los que se mueve el Scrum son la innovación, competitividad, productividad y flexibilidad. En otras palabras, se trata de ajustar los resultados y responder a las exigencias exactas y reales del cliente.
Kanban
Esta es una de las metodologías ágiles más usadas, es Agile en estado puro y su eficiencia está en que permite conocer el estado de las actividades en todo momento.
La estrategia Kanban es conocida como "Tarjeta Visual" y consiste en la elaboración de un diagrama en el cual se reflejan tres columnas de tareas: pendientes, en proceso o terminadas. A medida que se terminan, las actividades pasan al siguiente estado de validación.
Las ventajas que proporciona esta metodología son:
- Facilita la priorización, planificación y visualización de actividades y sus estados.
- Mejora la productividad.
- Eficiencia el equipo de trabajo.
- Tiene plazos continuos de entrega.
- Su entendimiento es sencillo.
Design Sprint
Es la metodología de Google y es una metodología de innovación en estrategias de negociones que favorece a los perfiles profesiones del mundo Agile.
Design Sprint viene de la mano de Google Ventures que se lleva a cabo en cinco días, siguiendo el cronograma:
- Lunes: se fija un objetivo realista.
- Martes: se generan las ideas y se definen los usuarios con los que se testeará.
- Miércoles: se seleccionan las ideas.
- Jueves: se hacen prototipos.
- Viernes: se testean las soluciones con el público objetivo.
Su estrategia es reducir el trabajo de meses en pocas semanas, y en lugar de esperar lanzar un producto para entender cómo se establece en el mercado obtener la respuesta a esta interrogante prontamente, evitando así pérdidas.
Ahora bien, antes de empezar a trabajar con esta metodología se recomienda:
- Seleccionar un reto alcanzable.
- Contar con el espacio y con el equipo de personas adecuado.
- Dedicar exclusivamente el tiempo pactado al proceso.
Agile Inception
Es también conocida como Inception Deck o simplemente Inception, y está orientada a la definición de los objetivos generales de las organizaciones. Su meta es clarificar aspectos como:
- Las propuestas de valor añadido
- El tipo de cliente objetivo
- Las formas de venta
Esta metodología gira en torno al método de "elevator pitch", el cual consiste en pequeñas reuniones entre socios y equipo de trabajos en el que las intervenciones no pueden superar los 5 minutos.
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Uno de los beneficios principales de Agile Inception es que no solo se puede utilizar con software, sino que también es apto para cualquier tipo de proyecto.
Es importante recalcar que las metodologías ágiles pueden combinarse entre sí, logrando obtener de esta forma los objetivos esperados.
Para terminar
La gestión de proyectos a través de las metodologías tradicionales (como la de Cascada) se basa en la planificación y el control, características completamente diferentes a las metodologías ágiles las cuales destacan por su anticipación, flexibilidad, eficiencia y adaptación, logrando un mejor producto a un menor costo.
En otras palabras, estas metodologías se implementan con el fin de enriquecer los procesos que llevan a alcanzar la mejora de un producto o servicio y en el que el proceso de desarrollo esté el cliente involucrado.
Con esto, las metodologías ágiles dan un giro al sistema de trabajo tradicional, mejorando los resultados del producto o servicio, y en consecuencia de la empresa.
De esta forma, las compañías que apuestan por esta metodología, logran que sus proyectos se gestionen con mayor eficiencia y eficacia, de forma autónoma y flexible, reduciendo los costos e incrementando la productividad.
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