El rol de las empresas en el desarrollo humano y su responsabilidad como líder
Promover el aprendizaje y el crecimiento de los individuos fomenta la conquista de abundantes y valiosos frutos para los negocios. Entonces, ¿cuál es el rol de las empresas en el desarrollo humano?
Si ha llegado hasta aquí con la intención de quitarse esta duda, le invitamos a que continúe leyendo nuestro artículo hasta el final, pues encontrará información rica y abundante acerca de la relación entre los emprendimientos con el desarrollo humano y social.
En las próximas líneas, abordamos los siguientes puntos:
- Concepto de desarrollo humano.
- Vínculo de retroalimentación.
- Estrategias corporativas a favor del desarrollo humano.
¡Vamos a ello!
¿En qué consiste el desarrollo humano?
Sin duda, es de vital importancia que las organizaciones consideren a los individuos como uno de sus activos más importantes.
Pero, no basta con fortalecer la idea de que las personas son imprescindibles en el medio interno, debemos tener siempre presente que, como seres integrales, nuestro trabajo, conocimiento, especialización y experiencia impactan a la sociedad, tanto de modo directo como indirecto.
Por lo tanto, si una empresa quiere fortalecer sus lazos sociales, necesita echar una mirada profunda y amplia en los individuos que colaboran en la empresa y no únicamente bajo la perspectiva profesional.
Dicho esto, entramos de lleno en el tema de este apartado: el amplio y significativo concepto de desarrollo humano.
En líneas generales, y para favorecer la comprensión al inicio del tema, conceptualizamos el desarrollo humano como un abordaje cuyo enfoque se orienta a las propias personas y a las oportunidades que se les ofrece en diferentes esferas.
Esto quiere decir que la expresión se refiere al:
- Desarrollo físico: Progresos y cambios en el cerebro y cuerpo, habilidades motoras, salud y bienestar.
- Desarrollo cognitivo: Proceso de aprendizaje, pensamiento, lenguaje, razonamiento, la memoria, atención y creatividad.
- Desarrollo psicosocial: Acapara la personalidad, las relaciones interpersonales y emociones.
Ahondando un poco más y considerando los campos anteriores, vemos que el desarrollo humano consiste en ofrecer más libertad y oportunidad a las personas para que vivan sus vidas como prefieran y más les guste.
Para eso, las personas deben ser capaces de optimizar y utilizar sus capacidades, de modo que les permita crecer en todas las áreas y obtener buenos resultados en términos de calidad de vida.
Así pues, es importante considerar que el desarrollo en cada esfera contribuye al crecimiento general del individuo y que, para ser sostenible, debe fundamentarse en 3 pilares muy sólidos y determinantes críticos del bienestar:
- Expectativa de vida larga y saludable.
- Acceso al conocimiento asegurando la autodeterminación, autosuficiencia y libertad individual.
- Estándar de vida decente que atienda, al menos, las necesidades básicas como habitación, salud y alimentación.
Sin embargo, para vivir bien, no basta con garantizar lo mínimo necesario para sobrevivir. Debemos hacer hincapié en el hecho de que el desarrollo humano se relaciona estrechamente con la calidad de vida, por lo cual configuran fenómenos dinámicos y complementarios.
Rol de las empresas en el desarrollo humano y su relación con la calidad de vida
Bajo la óptica del desarrollo humano, el individuo deja de ser un componente más del proceso productivo y/u operativo de un negocio para convertirse en el protagonista de las estrategias empresariales.
Considerado por muchos como un modelo bastante controversial, es importante que dejemos de lado creencias y consideraciones antiguas que actualmente están fuera de contexto, para hacer una profunda inmersión en la premisa de que el ser humano es el eje central de la actividad económica.
Y esto se debe a una simple razón: sin fuerza de trabajo, sin el apoyo de profesionales ampliamente capacitados, la economía se estancaría.
De este modo, el desarrollo humano ubica al individuo en el centro y no como un simple medio de producción. Enfatiza que su sensación de bienestar, además de vincularse al crecimiento económico que su actividad supone, se relaciona con la evolución personal, cultural y de la comunidad por completo.
Efectivamente, existe una sintonía entre el papel de las empresas, el desarrollo humano y la calidad de vida. Incluso, podemos decir que caminan de la mano y en paralelo, uno acompañando los movimientos del otro elemento.
Eje empresarial por el desarrollo humano
En virtud de todos los puntos abordados hasta el momento, queda claro que las empresas necesitan incorporar a su cultura posturas, prácticas y hábitos enfocados hacia el desarrollo humano.
De hecho, cada vez más negocios se concientizan de la importancia de cuidar de sus activos más relevantes, poniendo en marcha acciones que promuevan el bienestar y el crecimiento, así como la calidad de vida de sus trabajadores.
Más allá de fomentar el avance profesional, esta política también impacta en el ambiente laboral, en los resultados y sobre todo, en la motivación y satisfacción de los colaboradores.
Aquí tenemos un poderoso insight: la empresa actúa como facilitadora del proceso de aprendizaje y capacitación de los individuos, proporcionando así las herramientas y habilidades necesarias para su desarrollo profesional y crecimiento individual.
¡Y todo esto conlleva a la optimización de la eficiencia operativa, productividad y rendimiento de los trabajadores, estableciéndose así una relación ganar-ganar!
Parece algo muy poco benevolente hablar de la importancia de fomentar el desarrollo humano para generar mejores resultados financieros, sin embargo, este es el reflejo del bienestar de las personas y de su disposición para el trabajo.
Cuando los profesionales sienten que son una parte importante de la organización, su trabajo es valorado y la empresa los impulsa a crecer, tienden a poner en marcha sus actividades con mayor empeño y dirigiéndose hacia la excelencia.
Esta satisfacción repercute no solo en el entorno laboral, sino también físico, personal y social. Incluso, contribuyen para que la empresa se posicione como marca empleadora, pues ayudan a difundir los programas de desarrollo humano de la empresa.
Fíjese que, a la larga, esto se convierte en un divisor de aguas para el negocio, principalmente en lo concerniente a la fidelización de sus mejores talentos y a la contratación de profesionales de primer nivel.
Al fin y al cabo, ¿a quién no le gustaría trabajar en un ambiente propicio al desarrollo profesional y crecimiento humano?
Por lo tanto, el concepto de desarrollo humano defiende que la atención de las organizaciones no debe dirigirse exclusivamente a los factores económicos que influyen en su funcionamiento, sino también en inculcar la necesidad de priorizar a los colaboradores ante la óptica de sus habilidades e implementar formas inteligentes y valiosas de mantenerlos satisfechos, felices e involucrados con los objetivos del negocio.
¿Cómo las empresas pueden fomentar el desarrollo humano?
Al llegar hasta aquí, es probable que te encuentres consciente de que el desarrollo humano es un proceso que implica una serie de factores complejos. Por lo tanto, para promoverlo, es fundamental analizar diferentes aspectos, acaparando desde las instancias de entrenamiento hasta la calidad del ambiente de trabajo y cultura.
Para eso, nada mejor que contar con profesionales expertos en el área de gestión de talentos, que puedan efectivamente lanzar una mirada más estratégica y eficiente acerca de las medidas recomendadas para potencializar el desarrollo humano en el entorno corporativo.
A continuación, presentamos una lista con las formas más interesantes, prometedoras y precisas de promoverlo:
1. Planifique detenidamente los procesos de reclutamiento y selección
Las prácticas de desarrollo humano deben plasmarse en la cultura empresarial y difundirse desde los primeros momentos de contacto entre el postulante y la empresa.
Como mencionamos anteriormente, implementar medidas sostenibles que prioricen el crecimiento profesional e individual de los colaboradores es un reto que implica una serie de consideraciones, incluso, la contratación de personal cuyo perfil se alinee con los valores y principios corporativos.
Así pues, es indispensable que la empresa estructure sus procesos de selección teniendo en cuenta las características, personalidad y competencias de los interesados, justamente para garantizar el ingreso de personas que tengan afinidad con el trabajo más colaborativo, humano y orientado hacia una sociedad más justa y saludable.
2. Preste atención al desempeño de los colaboradores
No basta con renovar el plantel integrando personas con un perfil alineado a las demandas y objetivos del negocio, es necesario acompañar el desempeño de los profesionales desde el momento en que comienza a desempeñar sus funciones en la empresa.
En primer lugar, conocer sus puntos débiles y fuertes te ayudará a entender más acerca de las peculiaridades de las personas e identificar posibles puntos de interés, así como ubicarlas en otro puesto en el caso en que sea posible.
Luego, tener presente el nivel de entrega, comprensión, aprendizaje y dedicación de los profesionales permite que el líder actúe de manera rápida en el caso de detectar conductas contraproducentes, hábitos deficientes, acciones que generen desperdicios o puedan afectar la integridad física de los colaboradores.
Por último, evaluar la calidad y eficiencia del trabajo de los profesionales ayuda a evitar errores y fallas, así como las pérdidas de dinero inherentes a la repetición de las actividades, por consiguiente, promueve mejores prácticas y resultados.
3. Automatice los procesos
Aliviar la carga laboral de forma manual se ha convertido en un punto clave para el correcto desarrollo de las actividades del departamento y para garantizar que las mejores prácticas se ejecuten de forma ordenada y priorizando las medidas que requieren un elevado componente cognitivo.
En este sentido, nada mejor que contar con el apoyo de la tecnología.
Gracias a la irrupción digital y la automatización, podemos simplificar una serie de actividades que antes demandaban muchísimo tiempo, paciencia y esfuerzo. En especial, las tareas burocráticas, repetitivas, sencillas o extremadamente complejas.
Al automatizar los procesos internos, como los derivados de los viajes corporativos y de la gestión de gastos, por ejemplo, orientamos nuestra fuerza de trabajo hacia la ejecución de actividades que, de hecho, contribuyan con el core de negocio e impacten en los resultados.
A su vez, los profesionales pueden quitarse de los hombros una gran cantidad de tareas innecesarias o fuera de su campo de acción, lo que confluye en un potente incremento de su eficiencia productiva, así como de su dedicación al trabajo y crecimiento tanto profesional como individual.
4. Trabaje basándose en datos
Una administración basada en datos permite premiar a las personas que desempeñan sus roles con excelencia y ofrecer oportunidades de desarrollo a quienes aún no han maximizado su entrega.
Desde el enfoque del desarrollo humano, esto significa generar un ambiente en el que todos puedan crecer tanto profesional como personalmente.
De hecho, el análisis de los datos duros centralizados es una herramienta única de gestión que no implica un componente subjetivo. Es decir, los encaramos y procesamos objetivamente, lo que posibilita emprender una mirada imparcial que no beneficie de manera desmedida a ninguna de las partes y, por supuesto, sea justa.
Frente al uso de los datos, surge una pregunta: ¿tanta imparcialidad no refleja cierta displicencia en términos de desarrollo humano?
¡Todo lo contrario!
Al mantener una perspectiva basada en datos, podemos ser mucho más realistas y diseñar políticas, estructurar medidas e implementar soluciones de acuerdo con las demandas, expectativas y motivaciones de los individuos.
Como resultado, logramos una gestión más cálida, segura y, sobre todo, honesta con quienes dan energía y fortalecen la marca, los colaboradores.
5. Promueva la diversidad
Generar un entorno en el que primen las diferencias no solo contribuye al desarrollo humano organizacional, sino también convierte a la empresa en un referente de mercado. Principalmente, si consideramos que, hoy, nutrir relaciones saludables entre los trabajadores, independientemente de su origen y rasgos culturales, constituye un poderoso punto clave en cuanto a responsabilidad social y crecimiento sostenible.
Así pues, incluir en nuestro plantel personas de diferentes etnias, culturas, edades y necesidades, posibilita crear un clima más ameno, que estimule las diferencias y desencadene un entorno cooperativo, dinámico y apto para reforzar las relaciones interpersonales.
¡Muy bien, hemos llegado al final!
En definitiva, las organizaciones cumplen un papel significativo en la evolución de la sociedad, pues posibilitan que los individuos desarrollen sus competencias, habilidades y conocimientos, tanto en el campo profesional como individual.
Así pues, el rol de las empresas en el desarrollo humano rebasa los límites impuestos por la actividad laboral, expandiéndose así para otras áreas como el bienestar personal y las relaciones sociales.
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